Por principio, y porque así lo dice la Constitución, los ministros del gabinete Ana Jara, no debieron regresar, pero es evidente que algunos de estos movieron a sus amigos y contactos, abogados y periodistas, para volver. Queremos pensar que en 72 horas no se pudo conseguir nuevos ministros, pero se tiene el sinsabor que estamos frente a un grupo sin vergüenza que no sabe renunciar a tiempo, alardean que en el sector privado ganan más que en el público y, al final, no se quieren ir.
De todos los nuevos ministros, el nombramiento de Gustavo Adrianzén es definitivamente el más justo, toda vez que ha demostrado sus habilidades y compromiso profesional en la defensa del Estado en el caso Chavín de Huántar. En cuanto a los otros ministros que también recién se están incorporando al gobierno, aunque tienen el beneficio de la duda, hay que precisar que los títulos académicos en el extranjero que aseguran poseer ya sabemos que generalmente denotan falta de capacidad política para estos cargos y un desconocimiento espantoso de la realidad peruana, además que tampoco garantizan una mayor honestidad, toda vez que no son pocos los profesionales repatriados que han estado implicados en escandalosos casos de corrupción.
En esta oportunidad, quienes una vez más están saliendo mal parados son los abogados, esta vez coincidiendo con la celebración del aniversario de su gremio profesional, han sido incompetentes para interpretar de manera principista el artículo de la Constitución sobre la censura al primer ministro y su alcance ético al gabinete ministerial, dándole interpretaciones prácticas y coyunturales de imprevisibles consecuencias. De hecho, esto ya no sorprende, toda vez que los abogados más famosos del Perú, se han dedicado en la última década a defender a narcotraficantes, funcionarios y políticos corruptos. ¿Alguna vez lo harán por una causa humanitaria?
La presentación ante el Congreso de la República del nuevo primer ministro Pedro Cateriano, promete ser el reality show más sintonizado y divertido de los últimos tiempos y el cual pienso disfrutar.
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