Este lunes inició sus funciones la SUNEDU ( Superintendencia
Nacional de Educación Superior Universitaria ), una más de las instituciones
estatales que ha sido presentada por el actual gobierno como fundamental, en
este caso, para resolver el gran problema de la calidad de la educación superior
universitaria en el Perú. A pesar del reiterado fracaso, también durante este
gobierno, de esta clase de entidades que no sólo no pueden promover de manera
efectiva mejoras, sino siquiera cumplir con su labor de fiscalización.
Efectivamente la justificación implícita en el
discurso para la creación de la SUNEDU ha sido que en el ranking de las top
mejores universidades del mundo no hay una peruana. De lo contrario, los
portavoces hubiesen sido prudentes en precisar que salvo, quizás, de las
universidades del Brasil, en América Latina ninguna universidad tiene un rol más
o menos protagónico en el ranking de las mejores universidades del mundo.
Asimismo, no reconocen que la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos sí se encuentra en los rankings académicos de las mejores
universidades del mundo y, en ese sentido, sigue siendo la mejor en el Perú, a
pesar que en nuestro sistema universitario tiene que competir, por ejemplo, con
la Universidad del Pacífico, considerada la tercera universidad más cara de América
Latina y, como tal, tiene un privilegiado background de clase y empresarial
dentro del actual mercado laboral peruano.
Entonces, resulta evidente que si se aspira a tener
universidades peruanas en el top ranking internacional, se les debe proporcionar
también el presupuesto millonario para la investigación que estas manejan. Porque
todos estos rankings académicos de las universidades lo que evalúan es la
calidad de las investigaciones. Pero, por lo pronto, los gestores de esta ley
debieron ser más sensatos y establecer también un plazo a fin que el docente
universitario peruano del pre grado no siga teniendo una remuneración muy por
debajo de un profesor de colegio en cualquier país vecino.
Los gestores de la Nueva Ley Universitaria, aseguran
que la creación de la SUNEDU permitirá que, a través de su fiscalización, las
universidades reinviertan sus ganancias y proporcionen información económica de
manera transparente, toda vez que -dicen- hay universidades que no cuentan con la
infraestructura debida. Sin embargo, los recientes casos de corrupción
generalizada en los gobiernos regionales, a pesar del control del Ministerio de
Economia y Finanzas, la Contraloría General de la República y con la
complacencia de la Cooperación Internacional no dan garantías de ello en estos
momentos y es, más bien, una razón en contra.
La afirmación que un grave problema es la deficiente
infraestructura en el sistema universitario peruano no pasa de ser una
irresponsable declaración, a propósito de la información que el Perú es el país
que tiene más universidades en América Latina, después de Brasil, toda vez que
según reconoce la misma ley, recién se va a realizar una evaluacion sobre la
infraestructura de las universidades. De cualquier manera, es evidente que la mayoría de las nuevas universidades han sido
creadas con una mucho mejor infraestructura que las que tuvieron en sus inicios
muy modestos, por ejemplo, la Universidad Particular San Martin de Porres y la
Universidad San Ignacio de Loyola ( ex instituto San Hilarion ), hoy
consideradas prestigiosas por algunos.
La Nueva Ley y la SUNEDU tampoco tienen claro respecto
al ingenuo pedido de traer a destacados profesionales peruanos como docentes
universitarios. Al respecto, sabemos que "los más calificados
profesionales" es un reducido grupo que percibe ingresos de nivel
internacional y tienen vigentes expectativas de desarrollo profesional en otros
paises y prestigiosos centros de investigacion y universidades. Pero también
hay un gran grupo de profesionales que estudiaron en el extranjero, cuya
situación es muy irregular, pues muchos no terminaron la maestría o doctorado y
vemos que lo consignan como realizado, han cursado modestas maestrías y/o
doctorados en universidades desconocidas ( pudiendo haber realizado estudios de
mejor calidad en el Perú ), han culminado sus estudios pero se dedican a otras
actividades, y hay muchos que no tienen experiencia profesional ni docente e
incluso tienen más dificultades para expresar sus conceptos e ideas que un
alumno del más humilde colegio fiscal peruano; aunque debemos reconocer que,
definitivamente, algunos tienen la ventaja de ser hijos o familiares de
conocidos empresarios, políticos e intelectuales de nuestro país.
Finalmente, esperemos que, por lo menos, los gestores
de la ley cumplan su compromiso verbal y que el Estado apoye decididamente, a
través de un fondo de becas directas, el financiamiento de la capacitación, maestrías
y doctorados de los docentes universitarios, tanto de las públicas como de las
privadas, que permita su adecuación a las exigencias de la nueva ley, algo que
irresponsablemente no se consignó en esta ley y que puede terminar en la
fragmentación y el colapso del sistema universitario peruano.
Ver:
Ranking mundial de universidades:
http://www.urapcenter.org/2012/country.php?ccode=PE&rank=all
Nueva ley universitaria del Perú:
http://leyuniversitaria.pe/ley-30220/#canvas
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